Se considera que una persona sufre discapacidad visual o baja visión cuando tiene la agudeza visual disminuida en ambos ojos o su campo visual está alterado y, a pesar del uso de una compensación óptica convencional (gafas o lentillas), la persona no puede realizar una o más de las actividades de la vida diaria. Se asume que siempre queda algún resto visual.
Se considera discapacidad visual o baja visión, los déficits visuales comprendidos entre la AV considerada funcionalmente suficiente y la ceguera legal. Incluso los pacientes considerados como ciegos legales son susceptibles de intentar potenciar la visión que les queda (llamada «resto visual»).
Es difícil precisar los límites exactos de la baja visión, ya que una determinada agudeza visual (AV) puede incapacitarnos para determinadas tareas, pero no para otras:
- Funcionalmente necesitamos una AV de 5/10 para poder realizar la mayoría de tareas visuales.
- En la mayoría de países, los límites para considerar ceguera legal son: No superar una AV de 1/10 en el mejor ojo, con la mejor graduación posible, o tener un campo visual de 10º o menor, en torno a un punto central de fijación.
¿Por qué se produce la baja visión?
La patología que origina esta baja visión puede estar en el globo ocular, en la vía óptica o en el córtex visual. Puede ser hereditaria, congénita o adquirida y puede afectar a diferentes funciones oculares: agudeza visual, campo visual, percepción del color, sensibilidad al contraste, adaptación a la oscuridad, motilidad ocular y percepción.
¿Qué patologías pueden afectar así a la visión?
Hay patologías que afectan más a la visión central y otras a la visión periférica. Un paciente con una agudeza visual deteriorada tendrá dificultad para discriminar objetos o personas y detalles, tanto a distancias lejanas como cercanas, en cambio, si lo afectado es el campo visual o la sensibilidad al contraste, tendrá afectada la movilidad.
Patologías más habituales en baja visión:
- Degeneración macular
- Glaucoma
- Problemas de retina (retinosis pigmentaria, miopía magna, albinismo, etc.).
- Retinopatía diabética
- Atrofia óptica
- Defectos corneales
- Otros
Ejemplos de afectación del campo visual en diferentes patologías:
- Degeneración macular asociada a la edad (DMAE).
- Glaucoma – Visión en túnel
- Retinopatía diabética
- Cuadrantanopsia por lesión cerebral (radiación óptica derecha)
¿Se puede realizar rehabilitación visual?
Por supuesto que sí!
A diferencia del entrenamiento visual, que nos ayuda a recuperar problemas funcionales, la rehabilitación son técnicas que se aplican a personas con problemas orgánicos, en las que nunca mejorará la función ocular afectada.
Cuando el médico oftalmólogo ya no puede realizar más, con tratamiento médico o quirúrgico, es cuando interviene el especialista en baja visión con el objetivo de obtener el máximo rendimiento de la visión que queda.
Le enseñaremos a utilizar su resto visual de forma más efectiva.
¿En qué consiste la Rehabilitación visual?
- Realizar la historia del paciente: Uno de los aspectos más importantes es evaluar cuáles son las metas y esperanzas del paciente y definir/detectar cuáles son sus necesidades. Porque muy a menudo la persona lo que quiere es «ver» y antes de empezar el tratamiento, debe entender que la rehabilitación no le devolverá la visión perdida o «unos ojos nuevos».
- Evaluar cuál es el resto visual del paciente. Es decir, cuánta visión mantiene y cuál es su nivel de calidad.
- Prescripción de ayudas específicas.
- Entrenamiento: para conseguir un mejor uso de su resto visual y también para enseñarle a utilizar las ayudas (prismas, etc.)
¿Qué ayudas existen para la baja visión?
Ayudas Ópticas
- Por visión de lejos: telescopes
- Por visión de cerca: microscopes, telemicroscopes, lupas o sistemas electrónicos
- De campo: telescopes invertidos, espejos y prismas
Ayudas no ópticas
Algunas situaciones que nos parecen fáciles a quienes vemos bien (como la higiene personal o comida), pueden representar grandes obstáculos para una persona con graves problemas visuales. Por eso es importante cuidar todos los elementos que puedan contribuir a hacerles la vida más sencilla.
- Sistemas de iluminación : Lo ideal es combinar luces fluorescentes (frías, difunden la luz regularmente, pero aportan poco contraste) con luces incandescentes (aportan contraste pero producen más calor).
- Controlar el deslumbramiento: Por ejemplo, los baños con baldosas brillantes y los espejos con fuerte iluminación pueden provocar deslumbramientos que lejos de mejorar la visión, hacen que la persona afectada tenga mayores dificultades.
- Mejora del contraste : Es muy importante tenerlo en cuenta, ya que la mayoría de patologías visuales graves provocan una disminución de la sensibilidad al contraste. Existen dos tipos de contraste: color (positivo-negativo) y claro/oscuro.
- Por ejemplo, es interesante tener dos tipos de vajillas y utilizarlas según la comida que se haga (pescado blanco en plato azul oscuro), según la bebida que se tome (café en taza blanca) o según los estoballos que se utilicen, etc. Esto se puede aplicar a todos los objetos y espacios de la casa y también debería tenerse en cuenta en los espacios públicos.
- Magnificación: Muchas de las dificultades que presenta una persona con discapacidad visual mejoran ampliando el tamaño de la imagen. Esto puede conseguirlo reduciendo la distancia de trabajo, aumentando el tamaño del objeto o incorporando una ayuda visual. Ejemplos: Atanzarse en TV., utilizar un teléfono con teclas grandes, hacer las recetas con letra más grande y rotulador grueso, etc.
- Orden: Es muy importante que todos los miembros de una familia respeten el orden establecido para que la persona con discapacidad visual pueda localizar sus objetos.
Links de interés: – www.visionsimulator.com / Asociación Catalana de ciegos y disminuidos visuales